jueves, 28 de febrero de 2008
¡Abstención activa!
Llega, tras cuatro años de falsas promesas, sonrisas forzadas y caricias a los niños, el triste espectáculo de la democracia, una democracia en la que unos cuantos tienen el derecho a hacer y deshacer y a disponer lo que los demás podemos o no podemos hacer.
Ellos saldrán ganando, salgan elegidos o siendo la oposición vivirán del resto de la gente, y nosotros somos los que perderemos, siempre acatando lo que otros nos dicen, que será (evidentemente) lo que a ellos le convenga. Regalamos nuestra libertad y nuestro derecho a decidir sobre nosotros mismos. Hemos pasado de pedir pan y resignarnos ante el circo a conformarnos con migajas y, además, alegrarnos por la farsa con la que nos engañan.
El voto NO es ejercer tu libertad, el voto es la legitimación de un sistema que nos condena a ser esclavos, sin capacidad de decisión, trabajando para otros, aceptando estúpidas prohibiciones y dando las gracias por unos derechos que realmente nos pertenecen. ¿Vamos a seguir siendo partícipes del juego? No le pidamos permiso a nadie y cojamos lo que es nuestro. Abstención activa. Porque nosotros no entramos en su juego.