viernes, 10 de abril de 2015

1º DE MAYO POR LA ABSTENCIÓN ACTIVA. LA LUCHA ESTÁ EN LA CALLE NO EN EL PARLAMENTO

 
         
LOS NUEVOS POLITIQUILLOS SON MÁS DE LO MISMO, EL RELEVO GENERACIONAL DEL BIPARTIDISMO

1º DE MAYO POR LA ABSTENCIÓN ACTIVA

El próximo 15 de mayo se cumplen cuatro años desde que el15M ocupó las plazas del país con dos ideas claras; no hay pan para tanto chorizo, y no nos representan.

La mayor movilización popular desde la transición nació al margen de la política, de su corrupción y de la lógica representativa de la ley de Hont, por la que una minoría electoral se convierte en mayoría de gobierno. Pero por desgracia, años de represión del movimiento obrero y de adulteración de la memoria histórica han hecho a muchos olvidar la experiencia que tan caro nos salió adquirir, y que hoy como ayer sigue reflejando la frase de Durruti; o revolución, o fascismo.

Y frente a la revolución, los fascistas han inventado muchas estratagemas; la primera, la infiltración mafiosa en los sindicatos obreros. En los años 20, lanzaron contra los obreros organizados a los pistoleros del sindicato libre (los amarillos, por el color que eligieron como símbolo). Sólo en Barcelona cayeron más de 500 compañeros bajo sus balas, hasta que la CNT y la FAI pusieron en fuga a los mercenarios de la patronal.

Así fracasó la tentativa de someter al movimiento obrero mediante el gangsterismo, como sucedió en EEUU y otros países. El control de los sindicatos es la baza de la mafia para hacerse indispensable; ningún político se atreve a liquidar al crimen organizado porque les brinda protección frente al movimiento obrero, y a cambio les permiten cobrar el impuesto mafioso a trabajadores y pequeños empresarios.

Pero en España los pistoleros mafiosos fracasaron, aunque desde 1922 fueron dirigidos por el mismísimo Primo de Rivera como capitán general de Barcelona. Tras la desbandada de sus esbirros, en 1923 dio un golpe de estado para utilizar al ejercito directamente contra los trabajadores.

La segunda estratagema contra el movimiento obrero fue la corrupción de los sindicatos. La dictadura de Primo de Rivera pasó a la historia como la “dictablanda” por la complicidad de la UGT, corrompida a cambio de las poltronas sindicales con la creación de los comités de empresa, entonces llamados jurados mixtos de empresa. La traición de la UGT lavó la cara de una dictadura directamente inspirada en el fascismo de Mussolini, sentando un precedente que se repetiría en la transición.

Pero no consiguió frenar al movimiento obrero revolucionario, y tuvieron que recurrir a la tercera estratagema, la creación de un movimiento fascista a cargo el hijo del dictador, José Antonio. La Falange usurpa los colores rojo y negro de la CNT, adopta la camisa azul porque era la ropa de trabajo de los obreros, y promueve el nacionalsindicalismo frente al anarcosindicalismo.

Frente a los insobornables sindicatos anarquistas, el capital organizó las bandas de matones falangistas, que intentaron hacerse con el poder al más puro estilo fascista, imponiendo el terror mediante palizas a los obreros conscientes como ya habían hecho en Italia.

Pero en España fracasaron por la decidida actuación de compañeros como Juan López, afiliado del SOV Cádiz que junto a otros integrantes de los grupos de defensa confederal dieron un buen susto a José Antonio en el teatro de las Cortes de San Fernando, donde tuvo que tirarse al suelo para no ser alcanzado por la lluvia de balas que le propinaron.

Fracasado de nuevo el matonismo fascista, el capital recurrió otra vez al golpe de estado militar, seguido de una guerra de exterminio que llenó de cadáveres las fosas comunes donde aún permanecen muchos miles de trabajadores anarcosindicalistas y republicanos.

El terrible baño de sangre que anegó España no tuvo más objeto que impedir la revolución tras el fracaso del bipartidismo de Canovas/Sagasta y Canalejas/Maura, artífices de la restauración borbónica, y de la dictadura de Primo de Rivera, creador de los comités de empresa como trasunto sindical del politiqueo parlamentario.

Es la corrupción de los políticos y sus cómplices sindicales la que les impidió consolidar una democracia similar a la de otros países europeos, donde las ansias de libertad del pueblo trabajador se han visto adormecidas por el llamado Estado del bienestar, como sucedió en Suecia tras la fallida revolución socialista de 1917.

Bismarck fue el primero en permitir unas mejores condiciones de vida a la población del imperio alemán para evitar la revolución, instaurando la seguridad social hace 120 años. Claro que eso no es más que lo que hacen los cortijeros de toda la vida, garantizar unas mejores condiciones de vida a los trabajadores “de la casa”, mientras los jornaleros se ven privados del acceso a la tierra, al pan y a la libertad.

De este modo, los trabajadores de los países industriales, han vuelto la espalda a sus hermanos, los desheredados del mundo entero. Encerrados en una burbuja de bienestar, que ahora está pinchando una vez parece conjurado el peligro revolucionario, hemos asistido compungidos a la sobreexplotación de la población y los recursos de la mayor parte del mundo convencidos de que esas cosas sólo sucedían en el “Tercer mundo”.

Pero mundo no hay más que uno, y la burbuja del bienestar ha explotado. Los primermundistas que se creían a salvo están manifestando su falta de humanidad respaldando con sus votos a partidos fascistas, como el Frente Nacional francés, nostálgicos del imperio que utilizan a los inmigrantes como chivos expiatorios, igual que hicieron los nazis con los Judíos.

En España, donde el bienestar no fue más que un breve espejismo, todavía hay muchos nostálgicos que quieren que todo vuelva a ser como antes. No se han enterado que ya han caído las caretas, pues la globalización está uniformando las condiciones de vida de los trabajadores por encima de las fronteras.

El mundo se ha globalizado y, como bien dijeron los zapatistas, los globos explotan. Que está explosión no acabe con la vida misma depende de nosotros, que hemos de recurrir a toda nuestra inteligencia, buena parte de la cual es memoria y experiencia.

La memoria histórica del movimiento obrero nos recuerda que el internacionalismo es la única respuesta. Mientras haya esclavos en alguna parte del mundo, todos podemos ser reducidos a esclavitud. Sólo la unión nos permitirá enfrentar la ofensiva del capital, que con la deslocalización de las empresas está continuamente trasladandolas allí donde las condiciones de vida de los trabajadores son peores.

Esta es la razón de la depauperación de los trabajadores europeos, y no tiene vuelta atrás. Quien piense que los trabajadores chinos, bengalíes o etíopes tienen menos derecho al empleo que los europeos o norteamericanos, está respaldando una solución violenta que va a dejar a la segunda guerra mundial a la altura de una pelea de patio de colegio.

Y quienes piensan que en España es posible volver atrás, a lo mejor creen que Podemos o Ciudadanos van a traer a Delphi de vuelta desde Tetuán, donde los sueldos están por debajo del coste de la vida.

El problema no es la corrupción, que sólo agrava la cuestión de fondo; nos tratan como ganado, y si no se nos puede sacar dinero, nos sacrifican. No hay futuro para nosotros en el capitalismo, pues nuestras vidas no le importan a los cortijeros de Wall Street.

Los que prometen limpieza política solo suponen un relevo generacional, más de lo mismo con caras nuevas. Aun suponiendo que no se corrompan al cabo de cuatro años, que ya es suponer, tras el bipartidismo del PPSOE vendrá el de Podemos-Ciudadanos, igual que tras Canovas y Sagasta vinieron Canalejas y Maura. La segunda restauración borbónica va a acabar igual que la primera, en dictadura y guerra, porque aquí no se ha resuelto el problema fundamental, la propiedad de la tierra y de los medios de producción.

Mientras los cortijeros se lleven las fabricas allí donde el hambre obliga a la gente a trabajar por un plato de arroz, no habrá nada que hacer por más que se vote. Y quien vote a los neomarxistas creyéndose su eslogan (“Somos el 99%”), que sepa que los anarcosindicalistas nos negamos a la dictadura del proletariado porque somos 100% pueblo. La colectivización coercitiva no es más que la antesala de la dictadura de los burócratas, y a la vista está como China ha unido lo peor de los dos mundos, el comunismo político y el capitalismo económico.

Por eso convocamos al pueblo trabajador el 1º de mayo a manifestarse CONTRA EL ELECTORALISMO, ACCIÓN DIRECTA E INTERNACIONALISMO.


Sindicato de Oficios Varios de Cádiz CNT-AIT