LOS NUEVOS
POLITIQUILLOS SON MÁS DE LO MISMO, EL RELEVO GENERACIONAL DEL
BIPARTIDISMO
1º DE MAYO POR LA
ABSTENCIÓN ACTIVA
El próximo 15 de mayo se cumplen
cuatro años desde que el15M ocupó las plazas del país con dos
ideas claras; no hay pan para tanto chorizo, y no nos
representan.
La mayor movilización popular desde la
transición nació al margen de la política, de su corrupción y de
la lógica representativa de la ley de Hont, por la que una minoría
electoral se convierte en mayoría de gobierno. Pero por desgracia,
años de represión del movimiento obrero y de adulteración de la
memoria histórica han hecho a muchos olvidar la experiencia que tan
caro nos salió adquirir, y que hoy como ayer sigue reflejando la
frase de Durruti; o revolución, o fascismo.
Y frente a la revolución, los
fascistas han inventado muchas estratagemas; la primera, la
infiltración mafiosa en los sindicatos obreros. En los años 20,
lanzaron contra los obreros organizados a los pistoleros del
sindicato libre (los amarillos, por el color que
eligieron como símbolo). Sólo en Barcelona cayeron más de 500
compañeros bajo sus balas, hasta que la CNT y la FAI pusieron en
fuga a los mercenarios de la patronal.
Así fracasó la tentativa de someter
al movimiento obrero mediante el gangsterismo, como sucedió en EEUU
y otros países. El control de los sindicatos es la baza de la mafia
para hacerse indispensable; ningún político se atreve a liquidar al
crimen organizado porque les brinda protección frente al movimiento
obrero, y a cambio les permiten cobrar el impuesto mafioso a
trabajadores y pequeños empresarios.
Pero en España los pistoleros mafiosos
fracasaron, aunque desde 1922 fueron dirigidos por el mismísimo
Primo de Rivera como capitán general de Barcelona. Tras la
desbandada de sus esbirros, en 1923 dio un golpe de estado para
utilizar al ejercito directamente contra los trabajadores.
La segunda estratagema contra el
movimiento obrero fue la corrupción de los sindicatos. La dictadura
de Primo de Rivera pasó a la historia como la “dictablanda” por
la complicidad de la UGT, corrompida a cambio de las poltronas
sindicales con la creación de los comités de empresa, entonces
llamados jurados mixtos de empresa. La traición de la UGT lavó la
cara de una dictadura directamente inspirada en el fascismo de
Mussolini, sentando un precedente que se repetiría en la transición.
Pero no consiguió frenar al movimiento
obrero revolucionario, y tuvieron que recurrir a la tercera
estratagema, la creación de un movimiento fascista a cargo el hijo
del dictador, José Antonio. La Falange usurpa los colores rojo y
negro de la CNT, adopta la camisa azul porque era la ropa de trabajo
de los obreros, y promueve el nacionalsindicalismo frente al
anarcosindicalismo.
Frente a los insobornables sindicatos
anarquistas, el capital organizó las bandas de matones falangistas,
que intentaron hacerse con el poder al más puro estilo fascista,
imponiendo el terror mediante palizas a los obreros conscientes como
ya habían hecho en Italia.
Pero en España fracasaron por la
decidida actuación de compañeros como Juan López, afiliado del SOV
Cádiz que junto a otros integrantes de los grupos de defensa
confederal dieron un buen susto a José Antonio en el teatro de las
Cortes de San Fernando, donde tuvo que tirarse al suelo para no ser
alcanzado por la lluvia de balas que le propinaron.
Fracasado de nuevo el matonismo
fascista, el capital recurrió otra vez al golpe de estado militar,
seguido de una guerra de exterminio que llenó de cadáveres las
fosas comunes donde aún permanecen muchos miles de trabajadores
anarcosindicalistas y republicanos.
El terrible baño de sangre que anegó
España no tuvo más objeto que impedir la revolución tras el
fracaso del bipartidismo de Canovas/Sagasta y Canalejas/Maura,
artífices de la restauración borbónica, y de la dictadura de Primo
de Rivera, creador de los comités de empresa como trasunto sindical
del politiqueo parlamentario.
Es la corrupción de los políticos y
sus cómplices sindicales la que les impidió consolidar
una democracia similar a la de otros países europeos,
donde las ansias de libertad del pueblo trabajador se han visto
adormecidas por el llamado Estado del bienestar, como sucedió en
Suecia tras la fallida revolución socialista de 1917.
Bismarck fue el primero en permitir
unas mejores condiciones de vida a la población del imperio alemán
para evitar la revolución, instaurando la seguridad social hace 120
años. Claro que eso no es más que lo que hacen los cortijeros de
toda la vida, garantizar unas mejores condiciones de vida a los
trabajadores “de la casa”, mientras los jornaleros se ven
privados del acceso a la tierra, al pan y a la libertad.
De este modo, los trabajadores de los
países industriales, han vuelto la espalda a sus hermanos, los
desheredados del mundo entero. Encerrados en una burbuja de
bienestar, que ahora está pinchando una vez parece conjurado el
peligro revolucionario, hemos asistido compungidos a la
sobreexplotación de la población y los recursos de la mayor parte
del mundo convencidos de que esas cosas sólo sucedían en el “Tercer
mundo”.
Pero mundo no hay más que uno, y la
burbuja del bienestar ha explotado. Los primermundistas que
se creían a salvo están manifestando su falta de humanidad
respaldando con sus votos a partidos fascistas, como el Frente
Nacional francés, nostálgicos del imperio que utilizan a los
inmigrantes como chivos expiatorios, igual que hicieron los nazis con
los Judíos.
En España, donde el bienestar no fue
más que un breve espejismo, todavía hay muchos nostálgicos que
quieren que todo vuelva a ser como antes. No se han enterado que ya
han caído las caretas, pues la globalización está uniformando las
condiciones de vida de los trabajadores por encima de las fronteras.
El mundo se ha globalizado y, como bien
dijeron los zapatistas, los globos explotan. Que está explosión no
acabe con la vida misma depende de nosotros, que hemos de recurrir a
toda nuestra inteligencia, buena parte de la cual es memoria y
experiencia.
La memoria histórica del movimiento
obrero nos recuerda que el internacionalismo es la única respuesta.
Mientras haya esclavos en alguna parte del mundo, todos podemos ser
reducidos a esclavitud. Sólo la unión nos permitirá enfrentar la
ofensiva del capital, que con la deslocalización de las empresas
está continuamente trasladandolas allí donde las condiciones de
vida de los trabajadores son peores.
Esta es la razón de la depauperación
de los trabajadores europeos, y no tiene vuelta atrás. Quien piense
que los trabajadores chinos, bengalíes o etíopes tienen menos
derecho al empleo que los europeos o norteamericanos, está
respaldando una solución violenta que va a dejar a la segunda guerra
mundial a la altura de una pelea de patio de colegio.
Y quienes piensan que en España es
posible volver atrás, a lo mejor creen que Podemos o Ciudadanos van
a traer a Delphi de vuelta desde Tetuán, donde los sueldos están
por debajo del coste de la vida.
El problema no es la corrupción, que
sólo agrava la cuestión de fondo; nos tratan como ganado, y si no
se nos puede sacar dinero, nos sacrifican. No hay futuro para
nosotros en el capitalismo, pues nuestras vidas no le importan a los
cortijeros de Wall Street.
Los que prometen limpieza política
solo suponen un relevo generacional, más de lo mismo con caras
nuevas. Aun suponiendo que no se corrompan al cabo de cuatro años,
que ya es suponer, tras el bipartidismo del PPSOE vendrá el de
Podemos-Ciudadanos, igual que tras Canovas y Sagasta vinieron
Canalejas y Maura. La segunda restauración borbónica va a acabar
igual que la primera, en dictadura y guerra, porque aquí no se ha
resuelto el problema fundamental, la propiedad de la tierra y de los
medios de producción.
Mientras los cortijeros se lleven las
fabricas allí donde el hambre obliga a la gente a trabajar por un
plato de arroz, no habrá nada que hacer por más que se vote. Y
quien vote a los neomarxistas creyéndose su eslogan (“Somos el
99%”), que sepa que los anarcosindicalistas nos negamos a la
dictadura del proletariado porque somos 100% pueblo. La
colectivización coercitiva no es más que la antesala de la
dictadura de los burócratas, y a la vista está como China ha unido
lo peor de los dos mundos, el comunismo político y el capitalismo
económico.
Por eso convocamos al pueblo trabajador
el 1º de mayo a manifestarse CONTRA EL ELECTORALISMO, ACCIÓN
DIRECTA E INTERNACIONALISMO.
Sindicato de Oficios Varios de Cádiz CNT-AIT