jueves, 30 de agosto de 2007

UNA FAMILIA GADITANA OKUPA UNA VIVIENDA VACIA


Haces unos meses Jéssica Caucelo okupo en la Barriada de la paz, debido a la necesidad urgente de un techo donde vivir. Hoy es Antonia Agudo quien se lanza a la okupación, motivada por su situación de desamparo y marginación. Ambas realidades poséen unas características parecidas, mujeres jóvenes solteras , con hij@s además de una ardua accesibilidad al mercado laboral. Carne de cañón para el trabajo precario y el mazazo legislativo.

El caso de Antonia no es el primero que se conoce en Cádiz. Desde el pasado mes de febrero, una joven de 18 años, Jéssica Caucelo, y su hija de dos, Mayra, ocupan un bajo del número 5 de la avenida de la Bahía.Jéssica, al igual que Antonia, es una joven soltera a cargo de una pequeña, con más necesidades que recursos. Durante varias semanas, madre e hija permanecieron en esta casa sin luz ni agua y con el apoyo de todos los vecinos del edificio.A pesar de que la Delegación Provincial de Obras Públicas les instó a abandonar la casa, Jéssica se negó y acudió varias veces a pedir amparo. Por su parte, la Policía la llamó a declarar, lo que resultó sólo una denuncia. Meses después, la joven espera poder quedarse con la vivienda.

Antonia Agudo es una gaditana nacida en la calle Trille que desde el pasado domingo vive de okupa en una vivienda vacía en la calle Alegría.Tiene 31 años y dos hijos, José Juan y Daniel, de cuatro y dos años respectivamente, a los que tiene que sacar adelante con sólo 250 euros al mes. Afirma que no puede trabajar porque tiene que “cuidar de ellos”, pues no cuenta “con la ayuda del padre” que les pase una pensión mensual con la que sobrevivir, y “tampoco con el apoyo de la familia”. Durante los últimos cuatro años, “he vivido en la calle San Rafael, en una casa alquilada por mi hermano, que se encuentra en Tenerife trabajando con su familia”. La salida de sucasa de San Rafael se debe a que “Daniel, el pequeño, tiene muchas alergias. Siendo recién nacido tuvo meningitis y desde entonces todo cuidado es poco y la humedad de una casa antigua no era buena para su salud”, afirma Antonia.Además, aunque quisiera no podría volver allí pues el próximo sábado se cumplen tres meses que debe la mensualidad y “estaría en la calle”.

Los vecinos de este edificio la apoyan completamente. “Fueron ellos, que me conocen de toda la vida y saben de mis circunstancias, quienes me dijeron que esta casa llevaba siete meses vacía. Entonces, no me lo pensé. Llegué el domingo, le di una patada a la puerta y desde entonces estamos aquí. La presidenta del bloque me ha dicho que no nos piensa denunciar ni quiere echarnos”.Según manifiesta, técnicos de servicios sociales la acudieron a visitarla el pasado lunes. Según Antonia, le dijeron que tenía que abandonar la casa en 24 horas y que si no se pondría la correspondiente denuncia.“Antes de eso, un familiar acudió a Bienestar Social para informar de que “estábamos aquí pero no por gusto, sólo quiero una casa para poder vivir con mis hijos porque parece que eso de que tenemos derecho a una vivienda digna no es verdad para todos”.

En Cádiz existen 9.000 viviendas vacias, cada vez son más los casos de corrupción urbanística que se desmantelan en la provincia, más los que no salen a la luz. El terreno en la ciudad de Cádiz está limitado por el mar, nos obstante se intentar construir allá donde no cabe un alfiler, para así poder sacar más beneficios para las administraciones públicas, las empresas constructoras, inmobiliarias, bancos y en definitiva todos los elementos partícipes del juego especulativo. Los espacios naturales de la bahía y toda la provincia, están siendo arrasados por viviendas de lujo, campos de golf y construcciones modulares. Una sangría que no cesará hasta que la población se organice y reaccione